Te insultaron, ofendieron, agraviaron ?

#1
“No importa cómo soplan los vientos, sino cómo uno ubique las velas. En el mismo mar y con las mismas condiciones climáticas dos barcos a vela pueden dirigirse en direcciones opuestas.” Así, lo primordial ante el insulto no es el agravio recibido, sino la forma en que respondemos a él.


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Si te insultaron, ofendieron, agraviaron ... puedes tomar dos caminos y responder como:

1A) Espectador pasivo, llenos de ira pero nos sentimos impotentes de reaccionar (las personas que proceden así tienen tendencia a la depresión, al cáncer, a las enfermedades auto inmunes e infecciosas y a la diabetes).


1B) Espectador activo, se siente víctima y reacciona con violencia, descargando su ira, y a la violencia recibida, oponemos más violencia (las personas que proceden así tienen tendencia a las enfermedades cardiovasculares).


Ambas respuestas son estereotipadas y fútiles.


2) Protagonista, asumimos con conciencia la responsabilidad de gobernar la situación que nos toca vivir, abordando bajo los siguientes enfoques:


a) Aceptación:
Aceptar y recibir el hecho del insulto tal cual es, sin por ello estar de acuerdo con su contenido.

b) Serenidad:
Advertir que no tiene sentido perder la razón ante alguien que, al insultarnos, ya demostró haberla perdido.

c) Comprensión:
El que insulta está fuera de sí, enceguecido momentáneamente por su ira y sumergido en problemas que no ha podido resolver, o es víctima de alguna injusticia, o bien conoce su falta, pero usa el ataque como defensa. Es una persona que sufre y se siente desvalido o impotente por lo que, en el fondo, está necesitado de ayuda y contención afectiva. De este modo, permanecemos serenos e íntegros, y no nos dejarnos arrastrar por la ira del otro y, a la vez, tendemos una mano solidaria hacia el que la necesita.

d) Prudencia:
Advertimos que, lo que aparentemente es un ataque a nuestra integridad y nos podría herir, se diluye como una opinión adversa sobre lo que aparentamos ser, y no necesariamente sobre lo que somos.

e) Paz:
Si permanecemos serenos ante el insulto, con nuestra actitud, disolvemos al instante cualquier agravio o calumnia.

f) Caridad:
Desarmo la violencia y el odio regalando equilibrio e irradiando calma.

g) Conciencia:
Tomo el insulto como examen crítico y una oportunidad de tomar conciencia de ello y así poder superarme mediante un juicio de valor.


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h) Reflexión:
Permite tomar distancia para examinar el problema con más claridad y evitar caer en un arrebato de ira.

i) Apelación:
Permite consultar a la conciencia y que ésta sea la guía de nuestra conducta. Es más fácil devolver una trompada que guardar el puño cerrado en el bolsillo, pero sólo de esta forma se podrá inmovilizar al atacante.

j) Humor:
Es un excelente neutralizador del ácido del insulto. Por ejemplo, una mujer conduce su automovil mientras otro conductor la increpa haciendo referencia a su madre. Ella, con calma, baja su ventanilla y le pregunta: ¿Nos conocemos?.

k) Estrategia:
La mejor estrategia es la que el adversario no espera. Desarma al contrincante con actitud inesperada sembrando la semilla de la duda en el campo de sus creencias.

l) Justicia:
Un insulto es un reclamo de malas maneras, cabe entonces reconocerle el derecho que le corresponda (el cual no necesariamente puede coincidir con el que exige) o bien, defender el propio.


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m) Templanza:
Debes reconocer, que tanto el que insulta como el que se ofende y reacciona han perdido el control sobre sus pasiones.

n) Trascendencia:
Permite tomar distancia con la situación, salir de la misma y observarla desde afuera, superandola.

ñ) Terceros:
Más allá del bien o el mal, siempre contamos con adherentes, indecisos y opositores, en cantidades iguales. Al tercio a favor hay que nutrirlo, al tercio fluctuante hay que seducirlo y al tercio en contra hay que saber gobernarlo. El tercio en contra es indispensable para nuestro crecimiento (es un error intentar conquistarlo o combatirlo). Cuanto más luchamos contra el tercio en contra más lo fortificamos. Recuerda que es imposible agradar a todos, así como no es posible que todos me agraden.


o) Competencia:
El adversario, al igual que el suelo, no es nuestro enemigo sino nuestro aliado. Ambos, al oponer resistencia, nos dan la posibilidad de afirmarnos y avanzar en el camino.

p) Humildad:
Desde la humildad no aparentamos más de lo que somos pero somos más de lo que aparentamos. Así, el insulto es la oportunidad para recordar que el otro es más que lo que está mostrando con su arrebato. Humildad = Grandeza, y contra esta nadie insulta, pero si muchos envidian y desde ahí, el insulto no tiene poder.

q) Sabiduría:
Desde la sabiduría se absorbe el impacto del insulto, como el adulto absorbe el golpe de un bebé. Asimila el agravio y lo transforma, devolviéndolo en una sana convivencia.

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r) Responsabilidad:
Somos a la vez tan responsables de dejarnos arrastrar por la ira y la furia cuando alguien nos insulta como de dar una respuesta sana, sensata y justa.

s) Libertad:
Soy libre de responder con serenidad siendo constructivo pero soy esclavo de reaccionar con ira siendo destructivo.


t) Política:
Cuando alguien insulta lo hace en un burdo intento de mantener su autoridad cuando se queda sin contra-argumentos, sin justificativos validos, mostrando miedo y debilidad de sus ideologías. Es un síntoma de perdida de prestigio.


* * * * * * *




La mejor manera de responder a un insulto quizás sea hacer caso omiso de él, si no puedes hacer caso omiso de él, supéralo, si no puedes superarlo, ríete de él y si no puedes reírte de él, quizá lo merezcas.



:thumbup1:

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#2
Pana me gustó mucho este post. En mi trabajo he sido víctima en numerosas ocasiones de gente inescrupulosa que me odia ¿la razón? pues ni idea y ni me interesa saberlo. A todas esas situaciones he actuado con serenidad y firmeza, sin responder al insulto y sin dejarme arrastrar por los otros. Da una verdadera satisfacción de triunfo verle la cara a aquellos que te insultan para que reacciones de la misma forma y lo único que logran es sacarme una sonrisa y un sarcasmo light. Eso desarma a la gente, porque ellos esperan que tu reacción sea proporcional o mayor al insulto proferido. Y si les respondes en la forma que ellos esperan, tú pierdes y ellos ganan, porque en ese momento saben cual es tu punto débil y allí es que atacarán..................
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#3
Muy elocuente en su exposición sr. Fernández mis respetos!!!, pero, mi instinto es pegarle una mano si es hombre, a una dama como dice el sr. samsung una sonrisa llena de sarcasmo y una guiñada. Vengo de un barrio bajo en donde hay que darse a respetar, si, lamentablemente con violencia, mis padres con todo el sacrificio del mundo me dieron una educación universitaria, pero le repito, ese instinto, se podría decir aprendido, no se pierde, obviamente se controla con el correr de los años y socializando.
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#4
Proxeneta escribió:Muy elocuente en su exposición sr. Fernández mis respetos!!!, pero, mi instinto es pegarle una mano si es hombre, a una dama como dice el sr. samsung una sonrisa llena de sarcasmo y una guiñada. Vengo de un barrio bajo en donde hay que darse a respetar, si, lamentablemente con violencia, mis padres con todo el sacrificio del mundo me dieron una educación universitaria, pero le repito, ese instinto, se podría decir aprendido, no se pierde, obviamente se controla con el correr de los años y socializando.

De verdad es difícil conseguir ese nivel. Pero con práctica constante se logra algo..................
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